domingo, 17 de junio de 2012

Abrazos. Itzhak Poldek

13 de Marzo de 1943.


Querida Laura:


Ayer se llevaron a Ann. Nos disparaban a todos, pero una de esas balas atravesó su hombro. Quise salvarla, pero cuando un soldado alemán me vio intentándolo, le disparó a la cabeza y murmuró: "Que mala puntería tienen algunos..." Otro que iba a su lado le dijo "A lo mejor es mejor matarlos como a los cerdos... Que griten y sufran un poco." Y ambos se rieron. Con el cuerpo de Ann entre mi cuerpo, sentí como cada segundo que pasaba me alejaba más de ella. De su risa de niña, de su mano izquierda con la gente, de su sabiduría y su preocupación natas... 
Habría dado lo que fuera por que no hubiera sido ella, pero la vida me la ha quitado y nadie más que yo podrá llorar realmente su muerte. Los alemanes que tanto admiraba se han vuelto máquinas de matar judíos. Algunos amigos míos me escupieron ayer, y al verme cubierto de sangre se rieron de mí. Sólo en uno vi compasión, durante un segundo en sus ojos azules y después, me sentí totalmente solo. No es tiempo de pensar en el por qué, pero cuando ves que todos mueren sin ninguna razón, que realmente no hay vida a la que atenerse. Cuando te das cuenta de que matan por diversión, como un niño mata a una hormiga, el mundo se tambalea y no puedes evitar preguntarle a Dios qué has hecho. Pienso que tal vez no haya Dios, sino que la solución sería dejar de creer en él. Llevar una estrella judía me ha hecho sentir cada vez más ateo.
Por último te diré que pude salvarme. Cuando iban a subirme a un carro, un viejo amigo de la familia me cogió y me llevó a un lugar donde, según dijo, no volvería a mirar la SS. Sigo aquí, esperando algo, escribiendo esta carta con un tintero y una hoja que encontré en la casa en la que estoy. No sé si esta carta te llegará, pero si te llega, supongo que significará que sigo vivo.


Abrazos. Itzhak Poldek.



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